Como es característico de muchos países, las tradiciones que involucran animales no humanos en sus celebraciones y fiestas no es algo desconocido. Si bien -en Chile y Argentina al menos- no tenemos corridas de toros, el rodeo y otras manifestaciones artísticas y deportivas si que hacen de los animales no humanos unos invitados obligatorios que no disfrutan precisamente del desarrollo de estas fiestas: carreras, escapadas, golpes, encierros, persecución y hostigamiento son las claves de estos deportes que supuestamente reflejan el alma de nuestros pueblos.
La llamada "fiesta nacional de Chile", y por lo tanto, la celebración más importante es el rodeo. En él, dos jinetes persiguen a un novillo (vaquilla o vaca) dentro de una medialuna, arreándolo hasta las zonas de "atajada" compuesta por un par de quinchas acolchadas. La atajada consiste en acorralar y golpear a la res contra esta zona acolchada, y de acuerdo a la parte de cuerpo de la res que ha sido atajada, los jinetes ganarán "puntos". Con una estricta reglamentación y normativa (sólo pueden correr caballos de raza pura debidamente inscritos, y jinetes con el atuendo de huaso completo) cada dupla de jinetes compite para hacer la mayor cantidad de puntos y coronarse como campeones. Según la Federación de Rodeo y Criadores de Caballos de Chile:
"A pesar de ser un deporte chileno con más de 400 años de tradición, el rodeo recién fue reconocido como deporte nacional en 1962, afiliado al Comité Olímpico de Chile।"
(pincha aca para continuar con la información)
